martes, 5 de julio de 2011

EMBARAZO INTERRUMPIDO



Se llama aborto a la interrupción del embarazo antes de que el feto sea viable. No se sabe exactamente el porcentaje de embarazos que se interrumpen espontáneamente, pero se cree que rondaría de un 10 al 30% aproximadamente. Siempre precede a la expulsión del embarazo la muerte intrauterina, motivo por el cual nos remitiremos a cuales pueden ser las causas de la misma.
La causa más frecuente parece ser una anomalía en el desarrollo del embrión. Según varios investigadores, existe una incidencia del 30% al 60% de embriones con anomalías cromosómicas en todos los embarazos interrumpidos. La causa exacta se desconoce, pero serían anomalías en los estadios más precoces de segmentación del óvulo fecundado o del medio que los rodea.
Se cree que la edad del óvulo o el espermatozoide en el momento de la concepción tendría importancia, ya que si las células germinales (óvulo y espermatozoide) están en período de involución, su vitalidad estaría disminuida. También es importante que el ambiente intrauterino se encuentre en un estado óptimo, ya que debe encargarse de la nutrición del huevo en sus estadios más precoces. Cuando el útero no está preparado hormonalmente en forma adecuada no permite la implantación del embarazo y de lograr implantarse su nutrición será deficiente lo que terminará irremediablemente con su interrupción espontánea.
Existen además factores que alteran el medio intrauterino, como son las infecciones virales o bacterianas (micoplasma, chlamydia, brucelosis, listeriosis), radiaciones, factores químicos o enfermedades crónicas maternas (diabetes descompensada, hipertiroidismo o hipotiroidismo, hipertensión arterial) y deformaciones uterinas (fibromas uterinos). Incluso traumatismos físicos o psíquicos y el estrés pueden ser causa de interrupciones de un embarazo. Aunque es poco frecuente, es importante mencionar la pérdida del embarazo por causa inmunológica, que se produce cuando el organismo materno rechaza al embarazo como a un injerto orgánico.

¿Cuáles son los primeros síntomas de riesgo de interrupción?

La interrupción del embarazo puede ser silenciosa o bien acompañarse de síntomas como la hemorragia genital y dolores cólicos abdominales debidos a contarcciones uterinas. Cuando es silenciosa se la denomina huevo muerto y retenido. En este caso la retención es por un tiempo prolongado de un embarazo que se ha interrumpido. Muchas veces no da síntomas importantes, o solamente la desaparición de los síntomas típicos del embarazo (náuseas, vómitos, y los síntomas mamarios), otras veces comienza una pequeña hemorragia como único síntoma. El diagnóstico se confirma mediante una ecografía que muestra la ausencia de latidos cardíacos del embrión o detención del crecimiento del saco gestacional.
Cuando la interrupción del embarazo se acompaña de síntomas, se establecen, luego del exámen obstétrico, las posibilidades de supervivencia del huevo de acuerdo a las condiciones del cuello uterino. Es por este motivo que se dividen a las hemorragias que ocurren durante este período en tres categorías, amenza de aborto, aborto inevitable y aborto incompleto. A continuación detallamos cada una de ellas.
• Amenaza de aborto
El cuello del útero no se ha modificado. Se caracteriza por una hemorragia genital de variada cantidad y color, acompañada de dolores cólicos similares a los de una menstruación o más intensos. Es algo muy común, ya que dos de cada diez embarazadas lo presentan en algún momento del primer trimestre del embarazo. Generalmente evoluciona sin consecuencias y se debe consultar con un especialista para su correcto diagnóstico y tratamiento. Si se puede, debe realizarse una ecografía que valore la vitalidad del embrión. Por lo general se trata con medicamentos que relajan el útero para favorecer el proceso de la implantación. Si la complicación no se puede frenar, evoluciona a la etapa siguiente, que ya no tiene tratamiento posible.
• Aborto inevitable
El cuello se ha abierto y el huevo se tacta en su canal. Es la evolución de la etapa previa, que al progresar produce una dilatación del cuello uterino, lo que provoca indefectiblemente la expulsión del saco gestacional. Es un mecanismo similar al del parto pero en menor magnitud. Comienza la hemorragia, luego siguen las contracciones que dilatan el cuello uterino y finalmente la expulsión del producto de la concepción.
• Aborto incompleto
El cuello se ha abierto y se ha eliminado parte del contenido uterino. Se produce cuando la expulsión del embarazo no fue completa, quedando retenidos dentro del útero restos de la placenta o del saco gestacional, provocando una hemorragia genital importante con riesgos de infecciones uterinas. Es fundamental conectarte inmediatamente con un centro médico de emergencias, porque generalmente debe realizarse una intervención quirúrgica (legrado uterino) para evitar mayores complicaciones.



¿Cuál es el tratamiento?


Es importante volver a recalcar que es fundamental la consulta con un médico especialista ante la aparición de alguna hemorragia vaginal o de dolores cólicos en al abdomen en cualquier momento del embarazo. El tratamiento va a depender de que estadio de la enfermedad se encuentra en el momento de la consulta. En la amenaza de aborto por lo general se realiza una ecografía que indique buena vitalidad del embrión y es frecuente que se comience con reposo en cama, se evitan las relaciones sexuales y a veces se acompaña con una medicación relajante uterina que puede ser en base a progesterona o medicamentos úteroinhibidores (isoxuprina, ritodrine, etc…). La evolución particular de cada caso indicará cómo debe continuarse el tratamiento.
Si a pesar del tratamiento instituido la enfermedad evoluciona hacia el aborto espontáneo, va a depender del resultado de la ecografía evaluando si es necesario o no realizar un legrado uterino para evitar otras complicaciones como hemorragias o infecciones.
El aborto espontáneo es una complicación frecuente del embarazo que en la mayoría de los casos, no se repite y como hecho aislado no justifica la realización de estudios especiales. Pero cuando la pérdida de embarazos se repite en una misma mujer, es decir que ingresa en el capítulo denominado aborto habitual, puede estar condicionada por múltiples factores ya descriptos y justifica el estudio de la pareja en profundidad.



                       

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